Entrevista a fondo - María Cabanes Sempere

Entrevista a fondo - María Cabanes Sempere

María Cabanes Sempere ha recorrido a pie los 2.350 kilómetros que separan Zúrich, ciudad donde reside, de Alcoi, su ciudad natal, en poco más de tres meses. Repasamos con ella los motivos de emprender esta aventura, cómo se ha desarrollado y qué obstáculos ha enfrentado.
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    Mujer y Montaña
Área de Comunicación

  ¿Cómo surge la idea de cubrir la distancia entre Zúrich y Alcoi a pie? Quien me conoce sabe que me hacía ilusión desde hace tiempo. Ya de pequeña practicaba senderismo. Cuando salía y veía las marcas de GR7 siempre preguntaba hasta dónde podíamos ir. Mi tía y mi padre me decían en broma que todos los caminos llegan a Roma y yo tenía claro que quería llegar hasta Roma desde allí. Soy deportista activa y estoy afincada en Suiza desde hace 12 años. Me hacía ilusión hacer una caminata de larga distancia y le vi sentido a hacerla de dónde vivo a dónde nací. Me planteé hacerlo durante los fines de semana o en mi tiempo libre. Pero finalmente decidí que la aventura sería mejor si se hacía todo de una y dejé la empresa en la que estaba cuando tuve claro que era el momento.   ¿Y cómo se plantea emprender algo así? Tenía claro que en España quería hacer el GR7 porque era el que pasaba por Alcoi, por mi pueblo. Estuve mirando cómo enlazarlo desde Andorra con Suiza. Por dónde empezarlo lo tenía claro, porque quería iniciar en marzo y tenía que buscar dónde menos nieve había, que en este caso era la zona del Jura en Suiza. Además, en Internet encontré una página de rutas europeas y pude estudiar las opciones de Francia. Al final hice una ruta personalizada buscando ir el máximo por montaña y acabar en Andorra para enlazar el GR7.   ¿Cómo se lo tomó tu familia? Les costaba creerlo. Pensaban que estaba loca. Mis padres estaban muy nerviosos. Veían que lo tenía bien organizado pero no acababan de verlo claro. Hasta que mi madre vio la noticia en un periódico de Alcoi y pasaron de tener miedo a sentir orgullo. Mi pareja siempre me apoyó y me animó a entrenar.   ¿En qué consistió la preparación? Lo primero que hice fue salir con el peso de la mochila, también probar las botas nuevas. Me hice unas plantillas y también las estuve testeando. Salí con mal tiempo a entrenar. Probé a montar la tienda en el jardín de una amiga. Fue una odisea, porque fue una noche con un viento de 80 km/hora y tuve que acabar entrando en su casa porque se me saltaron las piquetas. Todo fue un aprendizaje para analizar lo que podía encontrarme en el trayecto. De esta forma el día que salí tenía la mente preparada con la idea de que me podían surgir nuevas dificultades, pero estaba preparada para hacerlo.   Háblanos del camino Tuve que cambiar en muchos momentos la ruta por las condiciones en las que estaba. Como caminaba sola e iba sin apoyo de seguridad tuve que variar a caminos más seguros. La parte de Suiza fue muy tranquila. La cartografía está muy detallada en la aplicación de topografía Suiza, y si te descargas los mapas se puede ver todo sin estar conectado a Internet. Encontré una aplicación parecida para Francia en la que me podía planificar la ruta, hacer los cambios oportunos y me daba la información de kilómetros, desniveles, etc. Pero Francia fue muy duro porque estuve muy sola. En España sí que estuve más acompañada, sobre todo los fines de semana. Y el último tramo siempre venía alguien a caminar conmigo, especialmente de la familia.   Has recorrido cuatro países. ¿Has notado diferencia entre unos senderos y otros? Sí, podríamos decir que pasamos de los caminos suizos de cinco estrellas, donde si un árbol está caído viene un helicóptero a quitarlo y se arregla la senda lo más rápido posible, a necesitar mucha paciencia para encontrar entre arbustos y arboles destrozados los caminos españoles.   ¿Y dentro de España? En España los caminos están peor. Hay menos lugares para dormir y no encuentras muchas facilidades. En mi opinión, el vivac, por ejemplo, se podría controlar más en lugar de prohibir. Lo que es absurdo es que no puedas pernoctar a lo largo del camino, que tengas que estar preguntando si está permitido o no y que las alternativas que te den sean que duermas en lugares alejados de la ruta. La parte de Cataluña sí tiene más refugios y albergues más asequibles. En la Comunidad Valenciana, además de no facilitar que puedas acampar, los precios eran exorbitados. En muchos ayuntamiento fueron muy amables, pero otros no daban facilidades. Parece que no están adaptados al turismo de larga distancia.   ¿Qué tal los senderos? Bueno, había días que salía del camino como si me hubiera peleado con jabalíes. Algunos caminos están muy deteriorados y casi se tiene que abrir el paso con machete. En la zona de Morella, especialmente, las hierbas y pinchos llegaban más arriba de la cadera. Además, hay tramos de la ruta que pasan por caminos privados. Por ejemplo, por cotos privados de caza donde te sale el dueño con una escopeta. Por suerte yo me desvié un poco y no me lo encontré, pero sé de personas que han hecho el GR7 por la zona de El Rebollar y se han topado con él. Otra zona muy sucia que me encontré fue entre las Casas de Benali y Vallada. A los 3 kilómetros hay un barranco totalmente para limpiar. En este punto pasa por en medio de una granja/santuario animal. Allí me dijeron que la gente se quejaba de que estaba muy sucio y la verdad es que acabé con los calcetines llenos de pinchos.   ¿Tienes algún otro reto a corto plazo? De momento volver a Suiza y buscar trabajo. Pero continuaré activa los fines de semana y todo el tiempo libre que tenga. Ha sido una experiencia muy bonita. Si tuviera todo el tiempo del mundo, buscaría más retos así, pero la verdad creo que si repito me gustaría que fuera con compañía.  

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