Siempre que salimos a la montaña debemos hacer preparativos dependiendo de las características de la ruta, de la modalidad que practiquemos, de nuestro estado físico… así como preparar el material y hacer las consultas oportunas de meteorología, condiciones del recorrido… E igual de importante es dedicarle un tiempo al seguro de accidentes que tenemos contratado, para conocer las características de la póliza del seguro y comprobar si estaremos cubiertos en el territorio dónde vamos a estar y en la modalidad que vamos a practicar.
Contar con un seguro de accidentes en la montaña y no saber qué hacer con él no tiene mucho sentido y estaremos desaprovechando el hecho de haber pagado por unos servicios que no sabemos utilizar. Por ello, es conveniente conocer el protocolo que debe activarse, la documentación a cumplimentar, los plazos de comunicación, los teléfonos a los que recurrir… etc.
La comunicación del accidente y la apertura del parte son los primeros pasos a realizar para que el resto del protocolo pueda ponerse en marcha y la compañía aseguradora realice los trámites oportunos.
En ocasiones, tenemos un pequeño accidente (torcedura, golpe, herida…) al que no le damos importancia, pero que al cabo de los días no mejora o incluso empeora. Si no se ha comunicado el accidente y abierto un parte en los primeros 7 días, no estaremos actuando correctamente y habremos desaprovechado el seguro de accidentes que tenemos contratado. Para evitar esto, abre siempre un parte de accidentes, aunque después no requieras más asistencia.